Sola, una noche más en esta sucia habitación hundiéndose conmigo, tengo lágrimas secas en mis mejillas pálidas como la pared que me rodea, a vuelto a ocurrir, me has vuelto a despedazar y sigues sin inmutarte ahí de pie con tu mirada sosegada sin ninguna perturbación. Y a las tres y veintidós de la madrugada tumbada en el fondo de la bañera con la música lo suficiente alta como para apenas poder oír mis pensamientos, me pregunto una vez más cuanto podré soportar esta maldita situación, a ti devorando bocas cuyos nombres dudo que recuerdes y yo que confirmo que cada día estoy más enamorada de ti .