Es impresionante como el estado de ánimo de una persona cambia radicalmente en un instante.

En un momento estás bien pero al próximo te sientes un verdadero desastre.

¡Vaya desastre de persona soy!

No hago nada bien.

Siento que estoy en una constante ruleta rusa, son los nervios a flor de piel, esperando histéricamente la llegada de la bala al tirar del gatillo.

Destruyo lo que toco.

Soy una constante sin resolución en medio de una ecuación.

¿Por qué tengo que existir?

Me hacen dañoy yo hago daño, soy un peligro para la sociedad, no debería existir.

Quiero huir como la cobarde que soy, quiero gritar como lo escandalosa que soy.

Quiero, quiero, quiero... ¿Todo es eso?

No lo creo.

Me estoy hundiendo en mi desastre, pero, no sé si soy lo muy cobarde como para no acabar con él o muy valiente para seguir y salir de este desastre.

Por ahora soy un desastre más grande que un universo.

Soy un desastre.