Te recordé...teniendo tú rostro, tu voz y tú piel perturbando mi pensamiento una y otra vez, hasta que recordé que todavía guardo todo lo que tiene tus huellas.
Extrañandote me levanté sosteniendo mi paso en el piso y el otro en la cama estire mi cuerpo suavemente hasta que alcance esa pequeña cajita esa cajita hermosa con solo dos pequeñas cosas que consigo guardan tanto amor al igual que tristeza, toque la tapa y callo nuestro anillo aquel que con una sonrisa me colocaste con tu bella piel canela ruborizada, era tan siega, una sonrisa tuya bastaba para que yo fuera la primera a tus pies, pidiendo solo tu amor más sincero y profundo.
En mi viaje a Puebla compré dos pequeños muñequitos con nuestros nombres grabados, no recuerdo la expresión que pusiste cuando te lo di pero estaría feliz si aún lo conservas, ¿Recuerdas las flores de nuestro último mes juntos? Están marchitas eran las rosas más hermosas que en mi vida había visto pero aún conservo las flores secas que contenían como adorno, a pasado más de un año y medio pero aún no se ven mal siguen tan bonitas como la primera vez y junto con ellas sigue mi amor por ti.
No espero que vuelvas pero por favor si algún día me encuentras una última vez sonríe para mí, solo para mí.