La primera persona que me gusto hizo de todo para que me fijara en él.
Me molesto, me asusto, se rió de mí y me siguió molestando hasta que me hizo enojar. De ahí, al parecer cambió de opinión y poco a poco me empezó a sacar sonrisas, una a la vez, cada vez se hicieron más frecuentes, hasta que nos empezamos hablar sin molestarnos.Poco a poco nos hicimos cercanos.
Después, en vez de pasar horas platicando con su hermana, mi mejor amiga, me la pasaba platicando con él, de todo y nada a la vez, hasta lo más insignificante podía ser un tema de conversación para nosotros .
Poco a poco se fue convirtiendo en una constante en mi vida, cada vez empezaba a pensar más en él, cada día me agradaba estar con él, su compañía me gustaba, pasó de ser alguien insoportable de ver a alguien a quien quería ver todos los días.
En ese entonces yo tenía 12 años y el 16, pero la edad es que no fue ningún inconveniente para empezar a tener sentimientos por él, como él decía tenerlos por mí.
Un año después de conocernos, yo comencé a estudiar la secundaria. Era una persona muy feliz, sí que lo era, y lo fui más cuando me pidió ser su novia, ese día no creo olvidarlo jamás.
Era uno de los primeros días del mes de septiembre, poco después de haber entrado a la escuela, en la hora de la salida me lo encontré a la vuelta de esta, no lo esperaba ver, pero me hizo muy feliz que estuviera ahí. Traía una rosa blanca, estaba sonriendo, esa sonrisa de superioridad que lo caracterizaba y me gustaba.
Era feliz, él estaba conmigo y su hermana lo aceptaba, y seguíamos siendo amigas, muy buenas amigas.
En ese entonces llegue a tener algunos problemas en la escuela. pero él estaba ahí, siempre para sacarme una sonrisa tras otra.
Hasta que de un día para otro desapareció, como si nunca hubiese estado ahí, como si el viento se lo hubiese llevado; nadie sabía a dónde se había ido, pero de lo único de lo que llegue a estar segura, es que no lo vería en un buen tiempo. Poco a poco mi vida fue en picada, caí en una breve depresión, su partida y los problemas que tenía en ese momento fueron el detonante para un cambio, un cambio que fue detonante para otros más adelante.
Seguir adelante y pretender que todo estaba bien era duro, dolía, joder, sí que dolía mucho. Demasiadas lágrimas derramadas por las noches, en silencio, poco a poco ese dolor se transformó en odio, un odio que no duró mucho cuando volví a saber de él. Aunque solo fue por unos segundos antes de que volviera a desaparecer.
Era más fácil odiar y esconder el dolor detrás de una sonrisa que afrontar lo que pasaba, se había ido, había una razón, sí, claro que la había, pero para saberla tenía que esperar que pasaran 4 años.
Los cambios que tuve en ese entonces, me hiciera una mala persona, si mala, por no decir grosera e irritante para los demás, y en especial de una persona, a esta persona la llamaremos "C".
C era muy diferente a él en todos los aspectos, pero por ambos compartían un sentimiento en común, odio, mucho odio, solo que no duró tanto como me hubiese gustado.
Alguna vez has escuchado la frase: "Del odio al amor solo hay un paso" estúpida frase, y más estúpido el que la dijo. Sonara muy cliché, pero eso fue lo que paso, poco a poco el odio que decía sentir hacia C cambio, me hizo una persona diferente.
Si C necesitaba mi ayuda, yo estaba ahí, no de la mejor manera, ya que lo trataba muy mal, aun así trataba de ayudarlo para mejorar su desempeño académico.
Una frase que siempre recordaré de C para describirme era la de "Una persona fría y sin sentimientos".
Eso era en lo que me había convertido, más bien eso era lo que proyectaba hacia los demás, aunque la realidad era algo muy opuesto a eso, era una persona que seguía sufriendo, muchos se habían dado cuenta de ese pequeño cambio que C había logrado en mí. Aunque C en ese entonces tenía a alguien más a su lado.
Así pasaron dos años, teniendo sentimientos unilaterales hacia una persona.
Termine la secundaria y continúe mi vida en una escuela diferente, creí que no lo vería otra vez, pero de nueva cuenta me equivoque.
Aunque antes de volver hacerlo yo la "Chica Hielo" salí con varios chicos, nada formal, pero sí que había salido y besado a varios chicos, solo eran cosas superficiales, nada que pudiese tapar ese vacío que él había dejado.
Volví a ver a C, solo que esta vez las cosas fueron diferentes, nuestra relación cambio, nos hicimos grandes amigos, muy buenos amigos, una de las pocas constantes que tenía en mi vida. En ese entonces, con 17 años podía decir que C era mi mejor amigo.
No lo niego, aun tenia sentimientos por él, pero ya no era lo mismo, creía que todo iba bien hasta que volvió. Llegó y arrasó conmigo como si de una tormenta se tratara, dejó caer la gran bomba...
Él estaba enfermo, esa fue la razón por la cual se había ido, todo el odio que decía tener hacia él desapareció de un momento a otro.
A pesar de estar enfermo, él seguía siendo igual, esa sonrisa arrogante que lo caracterizaba seguía ahí. Esa persona que había conocido años atrás ahí estaba de nuevo, y mis sentimientos... mis sentimientos que según yo había enterrado, regresaron, como si nunca se hubiesen ido.
Verlo me hizo feliz, otra vez podía verlo, pero la vida es cruel. Cuando eres la persona más feliz, cuando te crees invencible, te dice, no... no... NO, tú no puedes ser feliz, necesitas volver a llorar, a sentirte triste.
No pude estar ni tres meses con él. Esta vez, al igual que la anterior se tuvo que ir, y esta vez de forma definitiva. Él murió, él se fue, él me dejo de nuevo, todo lo bonito que había tenido en ese corto tiempo se desvaneció, como si nada de eso hubiese pasado.
Todos esos colores que había vuelto a ver se convirtieron en grises y negros.
Esta vez era definitivo y no pude hacer nada para evitarlo, solo seguir con lo que le había prometido y que hasta ahora no he podido hacer.
"Vivir, vivir una vida feliz y sin remordimientos, vivir cada día como si fuese el último. Encontrar algo o alguien que me haga feliz y continuar. Dejar el pasado atrás y ver por mi futuro"
Pero cómo podría seguir viviendo si la mitad de mi corazon se habia ido con el el dia que el se fue.
Hasta ahora no he podido cumplir con todo lo que prometí, solo una parte he podido hacer. He seguido estudiando, buscando algo que me haga feliz, hasta que te conocí.
Tú, esa persona diferente a todo lo que una vez me había interesado.
Todo comenzó con un "Hola, como estas".
Y de ahí siguieron muchas conversaciones más, éramos dos desconocidos, y aun así podíamos pasar horas platicando. Poco a poco empezaste a ser una constante en mi vida, no había día en que al menos hubiese un "Hola".
Hasta que me dijiste que íbamos en la misma escuela, que eras dos años más grande que yo, que teníamos una clase en el mismo salón, la única diferencia era que cuando tú salías yo entraba.
Te volviste un acosador.