Cuando te encuentras con una situación o problema que requiere una solución, en mi opinión, hay dos maneras proactivas de actuar; está la respuesta fácil y está la respuesta fácil difícil.
En este momento ya probablemente provoqué que te rascaras la cabeza pensando, “de qué rayos hablas”, les explico:
Primero está la respuesta fácil, que es cuando resolvemos un problema rápido y efectivamente, se cumplieron los objetivos y podemos seguir adelante con la vida. El inconveniente de esta solución es que si se presenta de nuevo un problema similar y debemos actuar de nuevo, la solución no es realmente efectiva, un ejemplo de esto sería tapar una fuga de agua con cinta adhesiva; funciona en el momento, pero luego se cae en pedazos.
En segundo lugar, tenemos la solución fácil difícil, que consiste en tomarse el tiempo de identificar el problema y estudiar la manera de resolverlo sin que tengamos que siquiera preocuparnos porque vuelva a necesitar nuestra atención en un futuro cercano .
Es un hecho que la principal señal del éxito de una persona está en que ganas más trabajando menos y eso solo se logra trabajando duro.