Alguna vez has tenido el impulso de hacer algo peligroso o que podría costarte la vida y justamente por eso se desvanece como un momento efímero del cual no tienes explicación, tranquilo tener ese impulso no implica que tengas instintos suicidadas o algo por el estilo, es un extraño fenómeno llamado L’appel du vide que es “La llamada al vacío”.

Yo en mi vida he tenido tres de estos impulsos, eh pasado por muchas cosas en la vida y sentía que por dentro me fui cansando de la vida, que no quería seguir con esta monotonía que tanto me lastimaba, mi primer impulso fue como a los 12 años, sinceramente fue de la nada, un día que estaba solo en mi casa, me encerré en mi baño y me senté en el suelo, comencé a llorar  y hablar con la nada, pidiéndole que acabara con mi vida, que no quería continuar asi, de repente me empezó a doler la cabeza y sentía el cuerpo caliente, como si me estuvieran enfermando mis propias palabras, pero al cabo de una hora volví en mí, pensé “Si mi mama aguanto hasta el final para estar conmigo y mi hermano, yo no puedo dejar ir tan fácilmente mi vida”, me levante seque mis lágrimas y salí del baño.

Mi siguiente impulso fue ya mas mayor, estaba comenzando la universidad, regresando a mi casa  de la nada me fui en otra dirección y termine vagando por la ciudad durante horas y sinceramente no recuerdo que estuviera pensando en algo o que fuera a hacer algo en particular, solo caminaba sin rumbo, empezó a anochecer y me entro el cansancio de golpe, fue cuando entre en razón y me fui a mi casa sin darle mas vueltas a la situación y olvidándome de ella.

Mi ultimo impulso fue ya mi ultimo año en la universidad, mis clases terminaban a las 11PM y ese día compañeros que siempre me ayudaban a llegar a mi casa, por diversas razones no pudieron, ya eran las 11:30PM y la universidad tenia que cerrar, quedaban pocos compañeros pero ellos se irían en taxi y me decían para que hiciera lo mismo, pero como si nada me levante y me fui hacia la oscuridad de la calle, estaba realmente oscuro no podía ver nada frente a mí, pero no sentía nada, no me daba miedo nada tampoco, solo camine y camine hasta que a las 1:30AM llegue a mi casa, abrí la puerta y como si mi alma hubiese vuelto a entrar en mí, me cuestione muchísimo a mi mismo sobre lo que hice, pudo pasarme cualquier cosa en ese trayecto.

Todos tenemos un momento así en nuestra vida, es peligroso lose, pero el mensaje que nos deja esa llamada al vacío es que no debemos dejarnos llevar siempre por nuestros impulsos y apreciar al máximo la vida que se nos fue dada.