Aún puedo recordar el dolor, las tardes completas aterrada de que encontrara a alguien más, alguien que me fuera a reemplazar. Tenía miedo de que encontrara a aquella persona que la haría olvidarse de mi para siempre, pero ahora que ha pasado, no podría ser más feliz, porque hoy en día la veo y se mira contenta .Se ve que está tranquila, que al fin ha encontrado la paz que tanto la vi buscar estando a mi lado, que tanto quise darle sin saber que yo podía darle muchas cosas buenas, pero que eso no estaba entre ellas.
La vi sufrir, llorar y estresarse por todo lo que sucedía alrededor suyo, escuché más de una vez mi corazón quebrarse al ver el suyo de la misma forma porque no había nada que pudiera hacer para sanarla. Me doy el crédito de haberlo intentado con todo mi corazón, pero a final de cuentas, jamás iba a poder ayudarla porque yo no estaba destinada a hacerlo.
En su momento pensé que si encontraba a alguien mejor que yo, me sentiría muy mal y me tomaría mucho tiempo y dolor aceptarlo, pero estaba muy equivocada; simplemente me tomo un segundo y una sonrisa suya para saber que si ella estaba tranquila y feliz, yo lo estaría también.
Descubrí que el amor es acerca de sacrificio, y si mi sacrificio es verla con alguien más, pero feliz, no me interesa pagarlo.
Por parte suya estoy tranquila. Me siento aliviada de que haya encontrado a alguien que vaya a cuidar de ella, que la va a tratar como merece. Ahora se que puedo irme en paz sabiendo que está en buenas manos. Pero a pesar de todo, tengo miedo. Miedo de no volverme a sentir igual con mis siguientes parejas, me aterra pensar que nadie jamás va a dar la talla porque es simplemente perfecta. Tengo miedo de que sea aquel amor de la vida de todos que jamás estuvo destinado a ser pero que debió serlo.
Supongo que al final, siempre duele saber que la persona que creías que estaría para siempre, no fue más que una hermosa casualidad. Una que estas condenada a recordar el resto de tu vida como un simple recuerdo lejano al que algunos llaman “el primer amor”