Noche fría, ambiente seco. 3 a.m.Estoy volviendo a casa y tengo hambre.Tengo hambre de amor, de besos y abrazos.Tengo hambre de una llamada o quizá de un encuentro.Reniego.Muevo la cabeza evadiendo esos pensamientos y sigo al frente.Paso por ese banco en el que tú y yo nos sentábamos.Sonrío y me siento.Empiezo a imaginar la vida que hubiésemos tenido juntos.Sería maravillosa .Un chalet, dos perros y quizás un niño.¡No! ¿Dónde viviríamos? Ah sí, en Madrid.¡Basta! Tengo que dejar de pensar.Hubiese sido horrible.De nuevo, muevo la cabeza, voy a tener que mentalizarme de que ya no estás.Me voy.Sigo rumbo a casa, ahora sí (desde que te fuiste) mí casa.
Es de noche. Tengo frío y poca prisa.Voy observando el paisaje, qué bonita es la vida a estas horas.Veo una sombra, se parece bastante a ti.No me lo creo.Estás ahí, eres tú.Paso por delante, no puedo caer de nuevo.Me miras, mi intento de ignorarte es fallido y nuestras miradas se cruzan. Sonríes.Agacho la mirada y sigo andando.Tengo ganas de decirte que te vengas, que nos vamos.Quiero huir contigo.Pero no.Solo tengo que cruzar, estoy llegando a casa.Me giro y sigues ahí. Saco las llaves y entro.
Noche fría, ambiente incómodo. 3:35 a.m.Me asomo a la ventana y estás mirándome.Creo que tenemos telepatía, porque en ese momento, en el que se cruzan nuestras miradas, siento vacío.
Día cálido, ambiente sano. 10:00 a.m.Me asomo y ya no estás.Y ya nunca más estás.