¡Resultaste ser un soberano idiota!
Con tus ojitos brillantes y tu voz calmada; sonrisa amplia, caballerosas maneras, delicado y respetuoso, me hablaste de tus penas, errores, entretuviste mis días con tu coquetería y te creí… me encantó tu forma de mirarme, cómo lentamente fui llenándome de ti. Las cosquillas en mi panza cuando te acercabas y ese primer beso derrumbaron mis miedos, me lancé a tus brazos olvidando por completo mis dolores, eras todo lo bueno que esperaba y más, sentía que la vida me regalaba al fin aquello que tanto pedí .
Los meses fueron desinflando mis expectativas y tu desinterés aniquiló poco a poco las mariposas, batallé y no quise rendirme, pero cuando la verdad tocó mi puerta era ya demasiado tarde, descubrí que sólo eras una máscara, tus mentiras salieron a la luz y con ellas la chica que también paseaba de tu mano finalmente apareció y mis sospechas tomaron un color castaño.
En cada minuto contigo aclaré mis sentimientos hacia ti, pedí honestidad y transparencia, dijiste que no querías juegos, que veías la vida con seriedad, nunca fue así, mentiste mirándome a los ojos, la negaste a ella y estoy segura también a mi.
Grité, golpeé paredes, escribí insultos en tu nombre y unas cuantas lágrimas rodaron por mis mejillas, lágrimas de pena, rabia y frustración. Había vuelto a creer en cuentos de hadas y comprobaba indignada que solo eras una mala versión del príncipe azul. Te odié, me odié a mi misma sintiendo deseos de echarte en cara todo cuanto te dí, pero mi orgullo es alto y aún conservaba dignidad y definitivamente no eres suficiente para verme sufriendo por tu miserable existencia.
¡Eres el error mas grande de mi vida!
Quiero borrar toda tu presencia de aquí, hacer que nunca exististe, borrar tu episodio de mi. Cambiarle todo a la mujer que fui a tu lado para que mas nunca aparezca.
Pero no me mal interpretes, no quiero ser la misma de antes de conocerte, tampoco volver a la etapa en que me castigaba por errores que otro cometió, pero sí creo que debería olvidarte, asumir que nunca hubo un nosotros y que solo coincidimos a revivir por un instante para volver a creer en la magia del amor aunque no fuera real.
Quisiera decirte que lo intenté, que de verdad puse frente a ti mi corazón, que bajé la guardia encerrando mis miedos y dudas, confié en el brillo de tus ojos y dejé que mi mente creyera en la transparencia que creía ver en tu mirada. Tus caricias me aliviaron y uno a uno tus besos se apoderaron de mis sueños, me hice adicta a tu presencia.
Avivaste en mi la ternura, el cariño y dedicación, me tentabas a ser mejor persona, quería verte sonreír, pintar tu mundo de colores, quería que juntos conociéramos el final del arcoíris y demostrarte que podía hacerte feliz.
Siempre serás la persona que abrió mis ojos para ver que ya estaba reparada, contigo al lado todo parecía ser mas sencillo y ahí me quería quedar. Pero ya no creo que seas digno de conocer tantos buenos sentimientos.
No fuiste real, me inventé un hombre que tú ni cerca estabas de ser, creí venías a curarme de todo mal pero resultaste peor que cualquiera de antes, desconozco tus motivos y ya no quiero saberlos, siento lastima por ti, por tu incapacidad de ser un valiente y por la bajeza de tu alma. Me arrepiento de lo poco con lo que me conformé con tal de tenerte conmigo, descubrí que soy una mujer sencilla que es capaz de ser inmensamente feliz con migajas, pero el tiempo de austeridad ya pasó y no volveré a mendigarle a nadie.
Ándate, muy lejos y con silencio cerraré tu puerta para que el polvo la cubra tanto que olvide que una vez existió. Dejaré hasta aquí los cuentos de hadas y continuaré mi camino sola porque es la mejor y mas clara forma de avanzar.
Llévate tus cuentos donde otra quiera leerlos y que el fracaso de príncipe que eres no vuelva a cruzarse en la vida de ninguna damisela valiente.
No te mereces nada.