Tras observar las luces de colores de los fuegos artificiales cuando el reloj marca las 12:00, luces que se observan en el cielo dándole la bienvenida al año nuevo, respiro profundo haciendo desvanecer mi deseo de tenerte a mi lado, de tomarte la mano y decirte feliz año, sin embargo, el suspiro me permite regresar a mi realidad, realidad en la que me di por vencida y que sepas que lo intenté y muchas veces.
Ya lloré, ya estuve triste pensando en donde estarás, ya me embriagué en tu nombre, ya te eché de menos, ya lo hice y después de todo eso, hoy estoy sentada viendo fuegos artificiales ya sin la esperanza de tenerte junto a mí, con la mirada perdida en lo que pudo ser, pensando en la suerte que tienen las personas de encontrar a alguien que las quieran querer bien.
Recordarme mendigando un poco de cariño, es recibir una bofetada que me aleja de cualquier posibilidad de pensar en ti como algo más, me di por vencida porque no pude lastimar más mi ego, retirándome con mi dignidad ya casi extinta, finalmente me resigné a recibir tu amistad, que es lo único que me has ofrecido.
Y si, señores así duele el amor no correspondido, creo que la peor parte es el insomnio, que crea un vacío entre la realidad y lo que uno desea junto a esa persona.