Noche de domingo, de esas que sientes que algo ha cambiado, que ya no es lo mismo que antes.
Miras al frente intentando averiguar qué ha pasado pero no logras entender nada. Todo a tu alrededor sigue igual pero tú no lo ves así .Respiras hondo y miras hacia todos lados hasta que cierras los ojos comenzando a llorar.
Te das cuenta de que nada ha cambiado, lo único que ha cambiado eres tú, ya no piensas ni sientes lo mismo; te ves en un abismo sin saber qué hacer porque ves esa foto que te regaló y lo felices que érais pero tú ya no eres la misma. No sientes lo mismo que antes y no eres capaz de decírselo, sufres en silencio ocultando todo tras un “estoy bien, no es nada” y lo es todo.
Y supongo que así es la vida, intentamos ocultarles las cosas a los demás cuando lo que queremos es ocultárnoslo a nosotros mismos. Hay que aprender a afrontar esos momentos, a saber dejar las cosas atrás y seguir nuestro camino aunque sea solos; a pesar del miedo, a pesar de todo.