Al hombre que su edad casi alcanza un siglo, a ese que siempre vivió a mi lado durante mi niñez, defendiéndome de mamá y de papá cuando me portaba mal.
Uno de los mejores papás del mundo, el mejor esposo y padre de familia, una gran persona que siempre quiso tener todo para poder dárselo a su esposa, padres, a sus hijos y a sus nietos. El que principalmente pensaba en su familia y luego en él, mi mejor amigo, mi confidente, mi abuelo, el que nunca me dejó de querer hasta su último suspiro.
El que siempre me protegió de todos los malos sueños y peligros que me podían alcanzar a mi corta edad, el que siempre me esperaba por las mañanas muy temprano para desayunar, el que ya tenía listo el coche para ir a dejarme a la escuela junto con mamá y papá. Abuelo, fuiste un gran hombre, le doy infinitamente gracias a Dios por haberme dejado vivir a tu lado, por haberme elegido para ser tu nieta, por haberme dejado estar a tu lado en los últimos momentos, porque fuiste un gran hombre, y desde donde estés quiero decirte Gracias, porque fuiste una gran persona en mi niñez, representaste un gran papel.
Ahora entiendo por qué mi papá es una gran persona, es porque casi toda su vida tuvo un gran líder frente a él, porque siempre le mostraste lo bonito de la vida, trataste de prepararlo para lo duro de la vida, trataste de darles todo a tus hijos, trataste de que nunca les faltara nada, respeto, valor, educación y lo que principalmente les diste, fue amor, amor de familia, por eso abuelo, en donde te encuentres te doy las gracias.