Llega un día en el que miras atrás y ves que las cosas han cambiado, ya nada es como antes, no sabes si han cambiado para bien o para mal, pero aquí estamos.
Te encuentras en medio de esta vida sin saber qué pasará o qué pudo haber pasado, haciéndote preguntas que nadie salvo el tiempo puede responder. Y en ese preciso momento donde por segundos te sientes ajeno a todo esto, ves la vida desde fuera y piensas muchas cosas, ninguna buena, es ese momento en el que no sabes si llorar o reír, porque no sabes ni cómo te sientes .
Pero ante todo recuerda: todo llega, todo pasa y todo acaba. Así que respira hondo, cierra los ojos y cuando los vuelvas a abrir, entre todo ese color negro, busca ese pequeño punto blanco. Aunque parezca imposible e inalcanzable algún día volverás a sonreír, volverás a ser feliz y dirás: por fin te encontré, por fin vi ese pequeño punto que nunca creí que vería.
Y será ahí cuando te des cuenta de que la vida es injusta pero que en algún momento te sentirás afortunado por estar en ella.