Me encontré varias noches en la misma situación, sentada al filo de mi cama, intentando interpretar tus largos silencios, tus olvidos intransigentes y todas tus palabras hoy sueltas en el aire, sin poder evitar sentirme usada, con la incertidumbre de si me quieres o no, de si vuelves o no, o de si te quedas o no, evitando derrumbarme con todo lo que llevo dentro, recordando nuestros momentos, esos que aunque escasos se han quedado dando calor a mi pequeño y frío corazón.Sin poder olvidar nuestro beso en esa fría madrugada cuando te acercaste sutilmente y me tomaste entre tus brazos e hiciste que mis labios se enreden con los tuyos en un sin fin de sensaciones que hace mucho no sentía, con una forma singular de acelerar mi corazón, con solo tenerte cerca, para que al siguiente día esas sensaciones se disolvieran con el paso de las horas y simplemente decidas no darle importancia, quizás no causo en ti lo que ha generado en mi.De tal manera que he debatido conjuntamente con las sensaciones de aquel día y hemos llegado a la conclusión de dejarte ir, y si por alguna razón quieres regresar, déjame decirte que será muy tarde, intentaré buscar más sensaciones en otro lugar, aunque espero que no tardes en encontrar esas razones para volver. Yo seguiré sentada en el filo de mi cama sosteniendo mis lágrimas.