Hoy mi plazo se está acabando, hoy tengo la posibilidad de jugar mi última carta ¿Por qué siempre me ocurre lo mismo? ¿Por qué en el último momento me llega un rayo de valentía? Sino me dejara dominar por el miedo no te hubiera perdido, menos hoy estarías a punto de casarte.
Hace unos días vino tu abuela hablar conmigo, a pedirme que te salve de la estupidez que estás a punto de cometer, me aseguró que no serás feliz porque tú a ella nunca la has amado, solo pretendes sacarme de tu mente, dijo que estás enceguecido por la rabia y quieres creer que un clavo saca otro clavo y en eso radica el problema, que yo en ti soy un perno de anclaje, un simple clavito es insignificante e inútil. Pero, no sé, cuando nos separamos nos dijimos tantas cosas hirientes, juramos que nos odiábamos y que nunca volveríamos a estar juntos, ha sido mi orgullo el que nunca me dejó acercarme, de seguro que a ti te pasó igual .Quiero creer que todavía podemos salvar nuestro amor. Son tantos meses sin vernos, un miedo me agobia y me inmoviliza, pero sí sigo aquí terminaré perdiéndote para siempre ¿Qué debo hacer? Quisiera saber como termina esta historia y así hacer esta agonía mucho más corta, es absurdo querer ir por ti, si tú nunca me buscaste, las pocas veces que nos cruzamos en la calle apenas me miraste, ahora porque debería ir detrás de ti, para que, si tú me amaras borraríamos todo lo malo que nos separó, no entiendo como algo que comenzó como una broma terminó siendo una bomba entre los dos, si nuestro amor hubiera sido real y profundo nada nos hubiera separado ¡Ay! ¿Qué debo hacer? Mi cuerpo se estremece al recordarte, mi alma se siente vacía y solitaria sin ti ¿Y si tu abuela se equivoca y yo no soy tan importante para ti? Pero, da lo mismo, porque tú para mí sí lo eres y si no me arriesgo estaré toda la vida llorando por ser una cobarde, y me haces falta…
Llegué a la iglesia donde será tu matrimonio, no pudiste hacer algo pequeño, tenías que hacerlo al estilo de un Rock Star, hay tanta gente, te busco y no estás parado en la puerta de la iglesia, la novia todavía no ha llegado, así que tengo tiempo para encontrarte.
Logré divisarte, me acerco con el miedo a que me rechaces antes de poder decirte algo.
Te miro estás saludando a los invitados, fue como sí sintieras que estoy ahí, giraste tu cabeza y quedaste perplejo al verme.
¿Podemos hablar? – me ignoraste – Solo necesito dos minutos.
Justo te hablaron ¡Qué rabia! Pero, ya estoy aquí así que lo intentaré otra vez.
No puedes negarte, me lo debes.
Solo dos minutos – respondiste –
No necesito más que eso – dije estando muy segura de mí misma –
Entramos a un confesionario, apenas había cerrado aquella puertecilla y apareció tu novia, al verme me agarró a insultos, tiró el ramo contra el confesionario y se fue corriendo, los invitados quedaron boquiabierto, dos segundos más tardes salió una camilla con tu abuela, al parecer había sufrido un infarto. Por lo visto tenía su plan B para evitar tu boda.
Ve con tu abuela, lo que tengo que decirte puede esperar.
No, tú eres la única mujer que amo, no te voy a dejar otra vez.
Me abrazaste por la cintura y acercaste mi cuerpo al tuyo, yo te abracé a la altura de los hombros, nos besamos… en ese beso dejamos enterrado todo lo que nos separó.