Volvía a sostener mi corazón destrozado después de tanto esfuerzo, de tanto tiempo de batallar por auto sanarme, luego de miles de noches envueltas en llanto y de deambular por las calles sin notar sus detalles.
Había vuelto a creer en un hombre, me había ilusionado y lo estaba queriendo. Mi luz se apagaba y la avalancha de frustración ya me había aplastado, entre sollozos marque su número y como nunca contesto enseguida, susurre mi ubicación y como nunca suplique que llegara, como nunca fue rápido en estar conmigo.. .Me miró sin entender que pasaba y solo se sentó a mi lado a verme llorar. Lo abrace inundando su hombro, entre suspiros le explique como la rabia y la pena me superaban; como volvía a estar en una desolación similar a la de hace 2 años y que no tenía idea de cómo saldría ahora, le grite que no quería sentir más esto, que quería arrancar de mi pecho cada sentimiento de angustia... Me separo de él y miró mi rostro: hinchado, ceño fruncido, todo empapado, sucio y con el desconcierto vivo en los ojos, puso sus manos en mis mejillas, aparté mi pelo para mirarlo, negó con la cabeza y dijo:
—Termina de hacerte esto, ¿qué ganas con seguir llorando? Tu ego herido no va repararse así mujer obstinada y terca. —acerco su nariz a la mía y entre mis lágrimas rozo mis labios y dulcemente me besó. — ¿Qué haces? —pregunté— ¡Esto no soluciona mis problemas!—Lo sé —sonrió– pero quiero que entiendas porque estoy aquí...—Eres mi mejor amigo, imbécil, por eso. —me reí. —Quiero que te calmes y dejes de pensar...—y siguió besándome despacio, apenas pude separarme de él unos centímetros. — ¿Por qué?, no hagas esto por lástima, no lo necesito, puedo sola con mi miseria. —Hago esto porque estoy enamorado de ti y lo sabes. —mirándome fijamente a los ojos acaricio mis labios con la yema de uno de sus pulgares —Pero somos amigos, no enredes las cosas —negando con la cabeza mire al suelo y él suspiro… —No quiero dejar de ser tu amigo, solo busco que sientas mi afecto, acompañarte y quererte. —entonces levante la vista para mirarlo: —Todo eso ya lo sé, solo idolatras mi rol de amiga, como otros amigos que me han querido así, —Eres un desastre, lo tienes muy claro —volvió a sonreírme pero con indiferencia —Y tú eres un egocéntrico que no soporta que no esté llorando por él —le dije ofuscada —Me amas asúmelo —dijo muy altaneramente acercándose a mi rostro una vez más — ¡Jamás!
Volvió a besarme lentamente, como cuando lo hizo aquella primera vez de la que nunca hablamos, con delicadeza y ternura, sentía su cariño y me tranquilizaba, respondí a sus besos y me colgué de su cuello, respire para decirle que se arrepentiría y sonrió rodeándome con sus brazos la cintura.
— Nunca me he arrepentido de la vez anterior, no voy a hacerlo ahora, ¡te amo! —Amas que no sea una de tus conquistas, haces esto porque sabes que no estaré corriendo tras de ti mañana... Somos amigos, eso es más importante —No lo olvido, solo déjame besarte un par de veces más.