Por fin suena el timbre,piensa ella para sus adentros, por fin viernes, después de una dura semana más por fin el fin de semana, a parte la semana que viene son las fiestas del pueblo y hay festivos, donde, claro está, está prohibido no salir por lo menos una noche.
Por ella, su mejor amiga y el chico pesado que siempre se mete con ella, se disponen a andar cara casa. Mientras conversan de temas sin importancia, René mira la hora unas tres veces hasta llegar a medio camino, donde está el parque donde siempre paran .