Y hoy es el día, el gran día llegó, después de estos largos meses, en los que no hiciste más que hacerme reír a diario, hoy nuestro contrato ficticio llega a su fin, de tal manera que resulta complicado no llorar imaginando mis días sin ti, seguro se vienen días vacíos, días largos y solos, días tristes, en serio te voy a echar de menos. Sé que desde mañana tu ausencia me hará pensarte durante los próximos 21 días.

Siempre supe que no me pertenecías, que solamente eras prestado, nunca imagine que devolverte me dolería tanto, te vas y sé que no podrás volver, sé también que lo más probable es que sea yo, la que tarde en olvidarte, ¿cómo hacerlo? después de que me acostumbré a ti, a tu singular forma de estar presente durante todo mi día aunque no estemos juntos, me acostumbré a tu mirada, a tus manos sobre mi cintura, a tus silencios nocturnos, a tus llamadas, a tus labios sobre los míos, al palpitar de tu corazón junto al mío y a tu bonita sonrisa, que me gusta tanto porque me da tranquilidad.

Mi corazón está triste viéndote partir, viéndote dejarme, viéndote alejarte, el problema es que es tu único camino y mi cerebro lo entiende, sabe que es hora de dejarte partir, pero es inevitable sentir que mis noches no tendrán sentido, por lo menos, no, las próximas noches.

Sé que el tiempo me dará la tranquilidad que necesito y entonces te guardaré entre mis más bonitos recuerdos y así cada vez que recuerde tu sonrisa, esa de cada lunes en la mañana, en mis labios se dibuje una similar, no puedo hacer nada más que agradecer, todo lo que aprendí junto a ti, gracias por todos los momentos felices, por la paciencia, por el cariño, por los buenos y malos momentos, desearte lo mejor en tu vida, eso y pedirte que no me olvides, que me lleves en un ladito de tu corazón .