No puedo evitar escribir sobre ella... Yo no soy poeta, ella es la poesía.
Ella suele caminar con prisa entre las aceras, esa prisa de ‘Lunes por la mañana’ que delata angustia y otra mañana sola .
Odia los lunes, <Vuelta al trabajo, regreso al estudio>, una nueva semana igual a otra, sin luz, sin sombras ni matices, nada diferente más allá que una rutina vacía de una vida sin sentido. Ella era, sencillamente, todo un mar en calma. Piel clara, lunares como un camino a recorrer, cabello largo y oscuro, ojos negros de noche perenne, labios como versos de un poema por descifrar y un olor a otoño con el invierno posado en su cuello. Recuerdo el Arte en sus pupilas, el abrigo de su cuerpo y la calma de su pecho hundido en sus brazos. Su boca, recuerdo a flor de piel su boca, la forma de indicarme dónde y cómo quería que le besase, la sonrisa que esbozaba después de terminar mi cometido. “Sonrisa”, sonrisa que se apagó con mi huida y hoy nadie ve de nuevo.
Que bonitoo!!!!