Una tarde tranquila, donde se veía el ocaso como una sublime mezcla de colores.... Y ahí llegaste sorpresivamente.Para entonces ya era tarde, ya te habías tardado lo suficiente.Mirándote me preguntaba qué pasaría luego de saludarnos, estaba un poco nervioso, aunque también aliviado. Luego de dejar escapar un suspiro regresé a tu imagen, sonriendo levemente. Parecía que llenabas la escena y que suavizabas el ambiente, entré en cuenta que había olvidado la sensación de verte llegar, pero ahora ese sentimiento florece nuevamente.Te veías muy linda, trataba de encontrar las palabras adecuadas antes de que dijeras cualquier cosa.Porque había retenido mucho desde tu partida. Quería reclamarte sin furia, pero con profundidad, para que hicieras conciencia y para que yo pudiera sanar.Así que lo que hice fue perderme en tus pestañas y ver como de a poco esos ojos negros me absorbían, al final de todo terminé diciendo:<<No podes irte tan fácil, como si nada importara, como si no me importara, cada vez me siento más roto y esto en verdad no ayuda .Noches en vela, tardes reflexivas, días aburridos, también los ocupados.... No dejabas de girar en mi entorno.Escribía demasiado, hablaba muy poco, inventaba más de lo necesario, buscaba sin encontrar nada.... Tal vez no ha pasado mucho tiempo pero para mí ha sido una eternidad.Y ahora vuelves, haciendo normal la situación.... Y no quiero que des muchas explicaciones, sino que me escuches, porque tengo miedo en prestarte mucha atención, podrías convencerme o anestesiarme de todo esto.Solo vete, regresa por donde veniste, ya no queda nada de utilidad por aquí, por lo menos no para nosotros dos.>>
