Mi corazón te recuerda, y cada latido mío es una sílaba de tu nombre que se repite por mis venas.
Mi cuerpo te recuerda. Recuerda tus manos suaves recorriendo y dibujando amaneceres .
Mis ojos te recuerdan; recuerdan tu mirada, que era suficiente para deshacerme como azúcar en el desespero de tu dulzura.
Mi memoria te recuerda, y aquí sigo en mi empeño por recordarte, para no dejar que muera ésta belleza que fue amarnos y compartir nuestro tiempo juntos, recordando momentos perfectos, que quizás en ese tiempo parecían ser nada y ahora lo son todo, simplemente es lo único que nos quedó. Y aunque tú me hayas condenado a tu olvido yo bendigo y agradezco cada instante que fue estar juntos, y a ti te maldigo por no estar conmigo, te maldigo mientras te siga queriendo tanto como lo sé hacer.
Así que...amor mío te maldigo por cada segundo en el que te sigo recordando y anhelando tu presencia en mi vida.