Cuando descubres que en realidad no eres la única persona en su vida, que se supone que deberías hacer, quizá resulte lógico decidir marcharte y no hacerte más daño, pero ¿qué hay de todo lo que sientes?, ¿de todo lo que han vivido juntos?, ¿de todo lo que has entregado?, ¿de todos los planes que tenías con esa persona?, son preguntas difíciles de responder, cuando intentas hacer las cosas bien.
Entonces surge la gran pregunta ¿vale la pena en verdad quedarse?, lo tenía muy claro antes que me sucediera a mí, antes de estar en este fatídico lugar, que en el pasado tanto critique, no entendía como se podían equivocar las personas, quedándose junto a alguien, para quién no eran su primera opción, siempre pensé que no me pasaría, sin embargo hoy estoy en este lugar, intentando huir, pero no encuentro la salida, desviviéndome para que él se quede unos minutos más, pidiendo porque no llegue el momento en el que, él tiene que regresar con quien comparte su vida.
Hoy llevo el título de amante porque así lo he decidido, porque dejó de ser un error y se convirtió en una decisión, porque me enamoré de la persona equivocada, porque acepté no hacer preguntas y solamente amarlo como no lo he hecho antes, soy la amante porque estoy dispuesta a compartir un cuerpo y un corazón que jamás me pertenecerá.