Y llegué a la conclusión de que no son las personas las que nos decepcionan, somos nosotros mismos por esperar cosas de alguien que sabemos que nunca llegará.
Yo sabía... que por más que a él le gustara hacer el amor conmigo, por más que él me dijera que me amaba, una pequeña parte de mí sabía que no era cierta; mientras la otra vivía ilusionada imaginando cosas que nunca iban a llegar.
Pero es que por más que yo supiera la verdad, había algo en mí que iba más allá, que quería seguir soñando, por qué verdad o mentira era lo único que me había hecho feliz hasta ahora...
Pero y cómo le dices a alguien que lo amas y que darías todo por estar con él? cuando ni siquiera sabes si lo que siente esa persona es real...
Solo me quedaban dos opciones, dejar de jugar o seguir jugando este juego mortal.
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Es verdad!