Me dices hipócrita porque digo la verdad, me hieres con palabras llenas de odio, porque simplemente no escuchaste lo que querías y ahora cada vez que miro tu estado solo hay líneas de desahogo contra mí y lo que no entiendes es que no puedo darte lo que pides.
Lamento si te sientes mal pero no te puedo complacer sobre mi felicidad, todavía hay algo de cordura en mí, igual es triste que no seas capaz de decirme las cosas en la cara y te excuses detrás de letras vacías que ni siquiera no son tuyas.
Trato de no afectarme por lo que pasa, pero cada vez que hablamos algo se rompe y nos distancia más, es como si quisieras que este cerca y a la vez lejos, es duro, ya no sé qué hacer para reparar las cosas y aunque trato tu no me lo permites, lo que menos quiero es que las cosas terminen mal y que al final el viento se lleve todos los buenos recuerdos, ya no sé qué decir, miro nuestras conversaciones y solo me deprimo.
Ni siquiera sé porque seguimos hablando, somos masoquistas y ninguno de los tiene los pantalones para decirlo, a veces tengo esperanza de que las cosas cambiaran, pero es imposible con tu actitud e inmadurez y eso hace que el amor que te tengo se desmorone poco a poco.
Lo que lo hace más difícil porque en verdad extraño como solíamos ser, lo bueno que hablábamos, cuando tus palabras eran calurosas y tenían importancia, ahora pareciera que solo respondes por obligación, suenas frio, cortante que hace que mi alegría se vaya y ya no quiero seguir llorando, los dos merecemos mejores cosas pero como soy una boba siempre termino perdonándote y volvemos al ciclo.