¿Os habéis perdido alguna vez entre las personas? ¿En vuestro hogar?

La vida de una persona puede definirse como un proceso de duración variable que se divide en etapas. Algunas de ellas son tan insignificantes que ni se recuerdan, otras te marcan para siempre .

Llevo años en la misma zona de comfort, me he desarrollado y he crecido como persona gracias a ella, me transportaba a una isla mágica que cuando era niña soñaba con conocer. Pero de repente ya me conocía la isla de memoria, los niños que se encontraron conmigo allí dentro acabaron con otras amistades, y yo, sin darme cuenta, también.

Para cuando quise aceptar el hecho de que las cosas estaban cambiando, ya habían cambiado.

No pude aguantar el agobio y no pude organizar mi tiempo. La verdad es que tampoco di todo lo que pude al intentarlo. La sensación de que mi sitio no estaba allí no se desvaneció desde entonces. 

Nunca me había imaginado mi vida sin la isla, sin aquel lugar donde la magia existe y dónde tanto he aprendido. Pero una vez salí de ella, un mundo nuevo lleno de experiencias me estabas esperando, y me moría por descubrirlo. Era un viaje trepidante y diferente, y mucho mejor de lo que esperaba. 

Otras personas han marcado mi vida, le han dado por completo la vuelta. Pero soy la misma niña perdida que sigue buscando el camino, y que aprende que los momentos presentes se convierten en recuerdos pasados, y en lecciones de por vida que no olvidará.

Esa noche tuve que partir. Aún echo de menos la isla, y siempre la tendré en mi corazón, pero los niños han crecido como yo y cada uno tiene sus propias aventuras que nos gusta compartir. Soy consciente de que si volviera, ya no sería la misma. Y duele. Duele mucho.

La nostalgia me invade, tengo pasado y presente a la vez. Aunque sé que, bueno, cuando necesite volver a la isla, la encontraré sin problema.

Llevo un año fuera de allí y mi vida ha dado un vuelco descomunal, pero no me va tan mal. De hecho, soy muy feliz.

Larga luna,

EMC