En la sociedad actual, el concepto de "pretty privilege" (privilegio por ser bonito) ha cobrado fuerza, pero ¿realmente funciona como creemos? La idea detrás de este "privilegio" es que las personas que cumplen con ciertos estándares de belleza obtienen ventajas en la vida, como más oportunidades, trato preferencial y hasta relaciones más fáciles. Sin embargo, la cruda realidad es más compleja de lo que parece.
Las mujeres, en particular, sienten una presión constante por mantener su belleza, ya que esta les da, según muchos, poder .
La moral de la sociedad está influenciada por lo que consideramos bello. Desde un asesino atractivo que se convierte en ídolo, hasta una mujer que lucha por ser vista más allá de su apariencia, el "pretty privilege" juega un papel crucial en cómo nos relacionamos. El problema surge cuando las redes sociales empiezan a perpetuar este concepto, haciendo creer a muchas jóvenes que solo siendo bonitas lograrán lo que quieren. Esto fomenta inseguridades y la idea errónea de que el físico es lo único que importa.
Lo cierto es que la belleza puede abrir puertas, pero es nuestra personalidad y nuestras acciones las que nos permiten permanecer dentro. Nadie quiere ser una persona vacía, que solo se define por su apariencia. El poder real no está en cómo te ven, sino en lo que eres y en lo que puedes aportar más allá de lo superficial.
En películas como Malena, se muestra cómo la belleza puede ser una bendición y una maldición al mismo tiempo. Aunque todos los hombres la desean, las mujeres la envidian, y esto la deja sola. Esto refleja lo que muchas personas bonitas enfrentan en la vida real: una constante competencia y desconfianza de los demás.
Por otro lado, el ser bonita también viene con su propia carga. Las mujeres bellas a menudo son etiquetadas como "creídas" o "superficiales", cuando en realidad solo están siendo juzgadas por su aspecto. Esto crea una desconexión y muchas veces las lleva a sentirse inseguras sobre su valor, ya que la sociedad las reduce a su físico y no las valora por sus cualidades internas.
El "pretty privilege" no es tan simple como parece. Aunque puede abrir algunas puertas, las verdaderas oportunidades llegan cuando trabajamos en nuestro intelecto, nuestras pasiones y nuestra autenticidad. La belleza puede ser un plus, pero nunca debe ser la base de nuestra identidad. En un mundo donde lo superficial parece ser lo más importante, es esencial recordar que lo que realmente nos define es lo que tenemos dentro.