Esquizofrenia: Lo que realmente significa vivir con ella
16 Abr, 2025
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Cuando escuchamos la palabra “esquizofrenia”, es común que nuestra mente la asocie con imágenes distorsionadas por el cine o la cultura popular: múltiples personalidades, violencia, imprevisibilidad. Pero la realidad detrás de este trastorno mental es mucho más compleja y, sobre todo, profundamente humana.


La esquizofrenia es un trastorno psiquiátrico grave que afecta cómo una persona piensa, siente y se comporta .

No tiene nada que ver con tener “varias personalidades”, como suele creerse erróneamente. En cambio, quienes viven con esquizofrenia pueden experimentar una desconexión con la realidad, y esta puede manifestarse de distintas formas.


Para que una persona sea diagnosticada con esquizofrenia, debe cumplir con ciertos criterios establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Estos incluyen la presencia de al menos dos de los siguientes síntomas durante un mes o más: delirios, alucinaciones, pensamiento o discurso desorganizado, comportamiento caótico y síntomas negativos.


Estos síntomas se dividen en dos categorías principales: positivos y negativos. A pesar de lo que su nombre sugiere, los síntomas “positivos” no son buenos, simplemente hacen referencia a conductas o experiencias que “se añaden” al comportamiento normal. Por ejemplo, los delirios —creencias falsas que se sostienen a pesar de no tener base en la realidad— y las alucinaciones, como escuchar voces o ver cosas que no existen. Estos síntomas pueden alterar gravemente la percepción que una persona tiene del mundo y de sí misma.


Por otro lado, los síntomas negativos implican la pérdida o disminución de capacidades que antes estaban presentes. Esto puede incluir la pérdida de interés en actividades que antes eran significativas, dificultad para concentrarse, retraimiento social, cambios drásticos en los patrones de sueño, e incluso una disminución en la capacidad de mostrar emociones. Lo más desafiante de estos síntomas es que muchas veces aparecen gradualmente y pueden pasar desapercibidos, dificultando un diagnóstico temprano.


Otro aspecto importante es la desorganización del pensamiento y del habla. Las personas con esquizofrenia pueden tener problemas para mantener una conversación coherente o seguir el hilo de lo que los demás están diciendo. Esta desconexión no es falta de inteligencia, sino una distorsión en el procesamiento cognitivo, producto del trastorno.


A nivel físico y conductual, el comportamiento motor desorganizado también es común. Esto puede ir desde movimientos extraños o infantiles hasta una agitación inexplicable. A menudo, estas manifestaciones externas generan incomodidad en quienes las observan, perpetuando el estigma.


Y es precisamente este estigma uno de los mayores enemigos. La esquizofrenia no es sinónimo de peligro ni de locura. Es una condición médica compleja que requiere comprensión, acompañamiento y tratamiento adecuado. Quienes la padecen pueden llevar una vida digna y significativa con el apoyo correcto.


Este trastorno puede parecer intimidante desde fuera, pero detrás de cada diagnóstico hay una persona que necesita ser escuchada y comprendida, no temida. Porque al final del día, entender la esquizofrenia es también un acto de empatía.

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Jennifer Feliz 80 puntos 16 Abr, 2025 Jennifer Feliz 80 puntos
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16 Abr, 2025
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