Con solo 21 miligramos de peso y menos de un centímetro de diámetro, este dron es tan pequeño que podría posarse en la punta de un lápiz… y sin embargo, ¡puede volar sin batería! Desarrollado por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, se impulsa mediante campos magnéticos externos y un sistema de doble imán que le permite maniobrar con una precisión asombrosa. Este avance no solo rompe los límites del tamaño en la robótica aérea, sino que también resuelve uno de sus mayores desafíos: la fuente de energía .