Mi voz se quebrantaba en aquel momento, mis lágrimas no podían salir de mis ojos temblorosos, la garganta me dolía, los sonidos se agudisaban y la respiración se cortaba. Mi cuerpo inmóvil logro caminar hasta el baño, el agua se filtraba por todo mi cuerpo y las lágrimas por fin brotaron. No tenía conciencia, todo mi cuerpo estaba paralizado y ahí me quedé hasta que me calme, pero mi dolor no seso. En mi mente pensaba que solo era una mentira, pero al no responder el teléfono el temor me invadió, entonces empecé a suplicar que no te fueras... .