Es común la confusión entre las oiran y las geishas, figuras femeninas del Japón tradicional, pero sus roles sociales eran distintos. Las oiran eran cortesanas de alto rango, expertas en seducción y entretenimiento para hombres adinerados .
kimonos llamativos y pesados, obi (cinturón) atado al frente y zapatos de plataformas altas de hasta 30 cm. Estos detalles facilitaban el despojo de la ropa. En contraste, las geishas vestían kimonos elegantes con el obi atado a la espalda. Estos elementos visuales ayudaban a diferenciar sus roles en la sociedad.
Las oiran, cuyo servicio era extremadamente costoso, tenían dos vías de escape: trabajar durante 10 años para comprar su libertad o encontrar un cliente adinerado que lo hiciera. Sin embargo, muchas sucumbían a enfermedades de transmisión sexual como la sífilis. Con la prohibición de la prostitución en Japón, las oiran desaparecieron como profesión, aunque su memoria perdura en festivales tradicionales. Las geishas, en cambio, continúan siendo parte de la cultura japonesa, aunque en menor número.
La confusión entre geishas y prostitutas se debe a varios factores. La similitud en la vestimenta y el peinado, el mito de que las geishas vendían su virginidad y la tergiversación durante la ocupación estadounidense, cuando prostitutas se hacían pasar por geishas, contribuyeron a esta percepción errónea. Es fundamental reconocer la distinción entre estas dos figuras femeninas y apreciar su papel en la rica historia de Japón.