China llevó el marketing turístico a otro nivel, en la aldea de Xilinshui, un gigantesco código QR de 130,000 árboles fue diseñado para ser visible solo desde el cielo.
Al escanearlo desde un dron o avión, los viajeros son dirigidos al sitio web oficial de turismo de la provincia, convirtiendo este bosque en una impresionante fusión de tecnología y naturaleza.
Creado en 2017, este colosal símbolo digital no solo sigue asombrando al mundo, sino que también contribuye a la reforestación y mejora la calidad del aire, demostrando que la innovación puede transformar paisajes y atraer visitantes de una manera nunca antes vista.