Nunca he estado tan contenta de que alguien me correspondiera en sentimientos.
Quizá porque anteriormente eran sobre todo sentimientos de amistad, y los chicos que me han gustado... yo les gustaba más que ellos a mí .
Pero esta vez, tú, que me gustabas mucho más que cualquiera -sin contar crushes por favor- me correspondias.
Pero esta vez yo soy la que he sufrido.
Porque me has dejado con la incognita desde que me declaré, casi dos meses hasta que me contestaste; para mi ver, de forma brusca. Como si ya lo tuviera que suponer. Como si mis dudas tuvieran un fundamento y tendría que saberlo desde el principio.
Cuando realmente, me cuesta un montón creer en mí y en que le pueda agradar a alguien. Cuando tú no eres facil de leer; ni te abres a los demás y cuentas las cosas. ¿Crees que iba a creer fervientemente en que te gustaba cuando no habias hecho nada para confirmarlo?
Vives en otro mundo.
Eres fiestero, mujeriego -a la española-, a veces insolente. Pero tienes mucho bueno que no dejas relucirlo. Me has ignorado después de haber quedado y aclarado todo. Después de entender que querías salir conmigo, besarme, abrazarme; pero que no podias porque te has ido a estudiar lejos y no sabes si en un mes o en tres te habrias cansado de mi; que soy importante y eso nome lo puedes hacer. A pesar de eso, a pesar de decirte que lo entendia, que seguiamos siendo amigos, no me has contestado más.
Y yo pregunto ¿Por qué?
¿Qué coño ha pasado de un minuto a otro que has decidido no contastarme más?
¿Qué he hecho?
¿Qué esta mal conmigo?
¿Por qué alguien que dice que eres importante y les gustas, para de hablarte sin razón?
Esa mañana, en el parque, te pregunté porque no me contestabas mis mensajes -ya lo habias hecho, habias tardado un mes para decir una frase donde indirectamente confesabas que sentias lo mismo, repito-. Dijiste que no lo hacias porque me "protegias" de tus respuestas. Vuelvo a decirte que es una estupidez. Te juro que mi imaginación es peor que la verdad. Asi que, cuentala. Ya sabes que siempre la he preferido.
Pero ya es tarde. Te lo he dicho; un adiós. Hasta que tú no comprendas lo que me has hecho, hasta que tú nome hables y lo soluciones -aunque ya no sintamos lo mismo-. Hasta que no te de la gana de afrontarlo, no te pienso hablar. No vas a saber de mi, más que por el grupo de nuestros amigos.
Y quizá exagero, quizá es una estupidez, pero que después de contarte todo, desde mi punto de vista, después de confesarte que si me ignorabas, me hacias daño, más que un mensaje tuyo... me volvieses a ignorar...
Eso no lo perdono. Saber que haces daño a alguien, cuando has dicho que te importaba, que no salias con ella porque no querias hacerle daño dentro de un tiempo, que no contestabas por si le hacias daño... y no hacer nada, es de muy mala persona o de tonto. Y sabiendo el tipo de notas y la carrera que vas a hacer, sé que no eres tonto. Así que para tener a alguien tan.... así, en mi vida, paso.
Y no te digo que no continues hablando con tus amigos y tal. Más bien te incito a ello, son más tus amigos que mios, y les importas -desgraciadamente, como a mí-. Pero a mí no me hables, hasta que no sea para solucionarlo. Porque estoy harta de ti.