Para cuidar los riñones y evitar lesiones renales se deben tener en cuenta algunas reglas que tienen que ver con: la adecuada actividad física, regular los niveles de azúcar en la sangre, controlar la presión arterial, seguir una dieta saludable, moderar el consumo de sal, mantener una hidratación adecuada, eliminar el consumo de cigarrillos, controlar el uso de antiinflamatorios por largos periodos, realizarse controles anuales de sangre y orina para detectar a tiempo posibles alteraciones y muy importante resaltar que todo lo que afecta al corazón afecta a los riñones.
Los riñones son muy susceptibles al aumento de la presión arterial, por lo que la hipertensión es el principal factor relacionado con el desarrollo daño renal, otro trastorno importante que acelera el daño en los riñones es la diabetes.
Cuando los riñones no pueden filtrar los desechos, pueden acumularse niveles nocivos de residuos, ocasionando que la composición química de la sangre se desequilibre.
Síntomas como menor producción de orina, acumulación de líquidos (que puede causar falta de aire e hinchazón de las piernas, los tobillos o los pies), cansancio, embotamiento o confusión, náuseas, dolor de estómago o del lado inferior de la caja torácica, debilidad, latidos cardíacos irregulares, picazón, pérdida del apetito, dolor o presión en el pecho. convulsiones o estado de coma en los casos graves, representan lesiones en los riñones que afectan su normal funcionamiento.
En algunas ocasiones la lesión renal aguda no causa ningún síntoma .
Cuando una persona está experimentando insuficiencia renal grave, la diálisis puede filtrar la sangre hasta que reciba un trasplante de riñón o su riñón recupere alguna función. Algunas personas necesitan someterse a hemodiálisis a largo plazo.
