El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, fue detenido el 11 de marzo de 2025 en el Aeropuerto Internacional de Manila tras regresar de Hong Kong, en cumplimiento de una orden emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad relacionados con su campaña contra las drogas.
Durante su mandato (2016-2022), la guerra contra las drogas de Duterte resultó en miles de muertes, muchas de ellas ejecuciones extrajudiciales que afectaron principalmente a comunidades pobres. La CPI inició una investigación en 2021, abarcando hechos desde el 1 de noviembre de 2011 hasta el 16 de marzo de 2019, periodo que incluye su tiempo como alcalde de Davao y como presidente.
Tras su arresto, Duterte fue sometido a un examen médico y permanece bajo custodia de las autoridades filipinas. Su equipo legal ha calificado la detención de "ilegal", argumentando que Filipinas se retiró del Estatuto de Roma en 2019. Sin embargo, la CPI mantiene que conserva jurisdicción sobre crímenes cometidos mientras el país era miembro. Familiares de las víctimas y organizaciones de derechos humanos han acogido la detención como un paso hacia la justicia.
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