"En 1943, una valiente mujer judía se encontraba en el umbral de su destino. Su nombre era Ottilie "Ottla" Kafka .
Ottla Kafka nació el 29 de octubre de 1892 en Praga, en el seno de una familia judía de clase media. Era la menor de los cuatro hijos de Hermann y Julie Kafka. Mientras su hermano mayor, Franz, alcanzaría la fama como escritor, Ottla se destacó por su rebeldía y espíritu independiente.
Desde pequeña, Ottla desafió las expectativas familiares. Mientras sus hermanas, Valli y Elli, siguieron los caminos convencionales del matrimonio y la vida doméstica, ella se inclinó por el trabajo agrícola y la educación. Asistió a una escuela para mujeres y luego decidió formarse en agricultura, una elección inusual para una mujer de su tiempo.
No fue solo su vocación lo que la diferenciaba, sino su carácter. Ottla era audaz, desafiante y perspicaz. Su hermano Franz la consideraba su confidente y amiga más cercana. En sus cartas, le confiaba pensamientos que no compartía con nadie más. Para él, Ottla era una luz en su existencia sombría.
Durante los años 20, Ottla tomó el control de una finca en Zürau, un pequeño pueblo lejos del bullicio de Praga. Allí llevó una vida sencilla, rodeada de naturaleza y trabajo duro. Fue en Zürau donde Franz pasó una temporada recuperándose de la tuberculosis, escribiendo sus famosos Cuadernos de Zürau, en los que plasmó pensamientos filosóficos influenciados por su estancia allí.
En 1920, Ottla conoció a Josef David, un abogado cristiano con quien se casó en 1921, desafiando las tradiciones familiares. El matrimonio fue visto con desaprobación por su padre, quien nunca aceptó del todo su unión con un no judío. A pesar de ello, Ottla siguió su camino con firmeza.
La felicidad, sin embargo, fue efímera. Con el ascenso del n4zllsm0, la vida de los judíos en Checoslovaquia se volvió peligrosa. Ottla se divorció de Josef en 1942, quizás con la esperanza de protegerlo a él y a sus hijas de la persecución. Sin embargo, su destino ya estaba marcado.
Ese mismo año, fue deportada al gueto de Theresienstadt, donde, a pesar de las condiciones inhumanas, trabajó con fortaleza y dedicación, ayudando a otros prisioneros, especialmente a los niños.
En 1943, se ofreció voluntariamente para acompañar a un grupo de niños en un transporte a Auschwitz. Sabía lo que significaba, pero no dudó. Con una determinación silenciosa, subió al tren junto a los pequeños, compartiendo con ellos su último viaje.
El 7 de octubre de 1943, Ottla Kafka fue asesinada en la cámara de gas de Auschwitz.
Aunque la barbarie n4zll apagó su vida, su memoria sigue viva en las cartas que intercambió con Franz y en los recuerdos de quienes la conocieron. Ottla Kafka fue más que la hermana de un genio: fue una mujer de coraje inquebrantable, que eligió su propio destino hasta el final".