Hoy desperté.
Desperté de un sueño profundo,
profundo y oscuro como tus ojos.
Estoy sola,
sola en medio del vacío.
No veo nada.
Intento aferrarme a algo;
pero tu mano no está ahí para sujetarme.
Caigo,
caigo lentamente,
sigo cayendo.
Mientras el frío va quemándome,
va quemando centímetro a centímetro,
trozo a trozo de mi desnuda piel.
No veo nada,
mil pensamientos se cruzan por mi mente,
justo antes de tocar algo húmedo.
Agua,
que va recubriéndome.
Me ahogo
y no hay nadie para salvarme,
no estás tú.
Me ahogo en un mar de lágrimas
inundadas por recuerdos...
y grito...
sigo gritando;
grito como nunca antes había gritado...
pero nadie me escucha.
Nadie...