Origen del yoyo
Los testimonios más antiguos del yoyo se sitúan en la antigua Grecia. Un jarrón griego del 440 a.C .
La palabra "yo-yo" parece tener raíces en el término Ilocano yóyo de Filipinas. Más allá de su etimología, Filipinas desempeñó un papel crucial en la evolución moderna del yoyo. Fue Pedro Flores, inmigrante filipino en Estados Unidos, quien impulsó su popularidad y comercialización en el siglo XX.
Existen otras hipótesis sobre los inicios del yoyo. Se ha sugerido que pudo ser un instrumento de caza en determinadas culturas, o que tuviera orígenes en lugares tan dispares como China o el Antiguo Egipto. No obstante, estas teorías carecen de evidencia robusta.
Si bien el registro más antiguo del yoyo se halla en Grecia, en Asia, y específicamente en China, también se han encontrado juguetes similares. Sin embargo, determinar cuál de estas culturas fue la verdadera precursora sigue siendo un enigma.
En 1866, se registró una patente del yoyo en Estados Unidos.
En 1920, el empresario filipino Pedro Flores introdujo el yoyo moderno en Estados Unidos.
El empresario Donald Duncan compró la fábrica de Flores y registró la marca "yoyó" en 1935.