ANDRÉS ELOY BLANCO: LAS DOCE GOTAS TRÉMULAS DE LA NOCHEVIEJA
La Navidad nuestra va desde la tristeza al frenesí de la alegría, desde la melancolía al jolgorio más desmesurado. Los cánticos son rotundos, a veces sacrosantos, a veces profanos .
y vino toda la acidez del mundo
a destilar sus doce gotas trémulas,
cuando cayeron sobre mi silencio
las doce uvas de la Nochevieja.
El espíritu del tiempo cambia, claro que cambia, como son otras las erosiones del viento; pero el ácido es el mismo que deja en el ambiente un vaho, no ya de fermentadas uvas, sino un ácido cruel, corrosivo, de la estupidez de quienes detentan el poder para oprimir y avasallar a los pueblos. Ayer eran las cuentas que van “al Haber de la Muerte” del funesto Juan Vicente Gómez, hoy corre la misma cuenta en ese malversado tiempo nuestro bajo los fríos cálculos de los espantos de la historia. Eso estremecía su espíritu en la bullente y soledosa para él noche madrileña. Esas “doce gotas trémulas” volverán a caer sobre nuestro silencio cuando despidamos la Nochevieja, víspera de 2023, cuando alcance la centuria su icónico poema. Templanza y optimismo, queridos.
Ramón Ordaz