Uta von Ballenstedt nació a finales del siglo X, siendo hija del conde Adalberto de Ballenstedt y su esposa Hidda. Pertenecía a la Casa de Ascania, cuyas tierras se extendían por lo que hoy conocemos como Sajonia y Brandeburgo.
Uta se casó con Ekkehard II de Messen, un noble de la corte de Enrique III, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico .
En el siglo XIII, se colocaron en la catedral doce retratos de tamaño natural en honor a estos nobles. La belleza de Uta fue capturada en piedra caliza, y su figura es considerada una obra maestra del arte medieval, comparable con la reina Nefertiti y la Venus de Botticelli.
La legendaria belleza de Uta sigue atrayendo visitantes a la Catedral de Naumburgo, y su influencia llegó a Walt Disney, quien se inspiró en ella para su película de 1937 "Blancanieves". Disney utilizó su rostro, su corona y su capa para crear dos personajes: la malvada madrastra y Blancanieves, reflejando tanto la majestuosidad como la inocencia de Uta en sus diseños.
Esta conexión con Disney ha perpetuado aún más el interés por Uta, consolidándola como un icono cultural que trasciende los siglos.