La "Masacre del día de San Brice" fue un evento sangriento resultado de las incursiones vikingas en tierras anglosajonas. El cronista del siglo XIII, John de Wallingford, ofrece una perspectiva interesante sobre las tensiones subyacentes: los vikingos eran vistos como demasiado atractivos para las mujeres inglesas debido a sus modales elegantes y su esmerada higiene personal .
Este atractivo causaba tensiones, ya que los vikingos eclipsaban a los hombres locales no solo por su actitud y riqueza, sino también por su apariencia. Figuras como Sihtric Forkbeard, con su barba trenzada, y Olaf Peacock, con sus ropas extravagantes, destacaban por su buena apariencia y carisma.
La higiene era central en la cultura vikinga: se lavaban y cuidaban sus dientes a diario, y el sábado era su día dedicado al cuidado personal, tanto que "sábado" en las lenguas escandinavas aún se traduce como "día del lavado". Incluso se bañaban antes de las batallas o eventos importantes. Ofrecer agua para el baño y ropa limpia era parte esencial de la hospitalidad nórdica.
A diferencia de otros pueblos, los vikingos usaban musgo como un tipo de papel higiénico rudimentario, una alternativa más higiénica comparada con las prácticas romanas anteriores, que usaban esponjas compartidas en letrinas públicas.