21 de febrero de 1945.
Una patrulla canina de guerra del Cuerpo de Marines avanza hacia las líneas del frente en Iwo Jima.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los perros de guerra desempeñaron un papel vital en muchos teatros de operaciones, sirviendo como mensajeros, centinelas, detectores de minas y rastreadores. Estos perros fueron entrenados y utilizados por varias naciones, incluidos Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido y la Unión Soviética, demostrando su importancia y versatilidad en el campo de batalla.
Un ejemplo notable del uso de perros de guerra es la contribución de los perros del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos en la Batalla de Iwo Jima .
Otro ejemplo significativo es el uso de perros por parte del Ejército alemán, donde la raza pastor alemán fue a menudo elegida por su inteligencia y lealtad. Estos perros fueron utilizados como mensajeros, llevando órdenes y comunicaciones entre unidades en el campo de batalla, donde el terreno accidentado y las líneas de comunicación cortadas hacían imposible la comunicación humana. Además, los perros entrenados como centinelas protegían las instalaciones militares y ayudaban a prevenir ataques sorpresa.
En el Frente Oriental, la Unión Soviética también utilizó perros de formas innovadoras. Los soviéticos entrenaron perros para detectar minas y explosivos, ayudando a despejar caminos seguros para las tropas. Además, los famosos "perros antitanque" fueron entrenados para transportar explosivos y atacar tanques enemigos, aunque esta práctica fue controvertida y enfrentó varios desafíos prácticos.
En el Reino Unido, los perros se utilizaban principalmente como centinelas y mensajeros. La famosa mascota del ejército británico, un pastor belga llamado Brian, fue condecorado por su valentía al entregar mensajes cruciales bajo fuego enemigo durante la Batalla de Francia.