Funeral y entierro del cacique Túpac Amaru en el Cuzco (1782)
El historiador español Eulogio Zudaire rescata un pasaje histórico poco conocido del cacique José Gabriel Túpac Amaru, que ya con anterioridad había sido tratado por los historiadores cuzqueños, pero que sin embargo es un acontecimiento poco conocido de la historiografía peruana.
“Don Eusebio Balsa, sobrino del finado corregidor Don Antonio de Arriaga, ha elevado noticia de una afrenta de gran vileza acaecida en la ciudad del Cusco en día veinte y seis del mes de agosto de este presente año, denunciando con justo enojo las impías y escandalosas exequias que por negligencia de la Curia Eclesiástica, fueron dispensadas en favor de los sublevados, cuya infamia y traición merecían la más perpetua ignominia”. (Gabriel de Avilés a Gálvez, 1782)
Este evento fue rescatado del olvido gracias a unos documentos de Eusebio de Balsa, pariente del fallecido corregidor Antonio de Arriaga, quien, en su intento de acceder a la herencia de su tío, denunció a varias autoridades religiosas y políticas del Cuzco, por permitir un fastuoso entierro para el “traidor Túpac Amaru” y mantener en anatema (excluido) al corregidor Antonio de Arriaga .
● El Funeral Católico de Túpac Amaru
Don Diego Cristóbal Túpac Amaru hizo que el 26 de agosto de 1782 se celebrara en el Convento de San Francisco del Cuzco las exequias del cacique Don José Gabriel Túpac Amaru. Eulogio Zudaire señala que Diego Cristóbal y Andrés Túpac Amaru lograron recuperar los “brazos, piernas, huesos y cuartos de la cabeza (calcinados)” de los líderes de la rebelión que fueron ejecutados en 1781.
Los restos calcinados de Tupac Amaru recibieron cristiana sepultura ante la presencia de cientos de indios, mestizos, criollos, españoles y negros que acudieron a los alrededores del convento, pues estos habían apoyado su causa en la guerra.
Aquel entierro, celebrado con una fastuosidad digna de un rey, provocó la indignación de los españoles más reacios a la causa rebelde. Incluso los propios Incas del Cuzco que se consideraban enemigos de Tupac Amaru salieron a protestar para impedir tal "infamia"; sin embargo, muchos de ellos fueron violentamente golpeados y expulsados del lugar de la ceremonia por los mismos indios tupacamaristas.
“hacemos expreso en nombre de los Incas Electores de Sangre Real de los grandes perjuicios que aquí se cometen”. (Pumaguallpa Inca, 1782)
● Queja del Visitador Areche y de otros españoles
Desde septiembre de 1782, diversas autoridades y personalidades españolas, tanto de manera abierta como bajo seudónimos, se pronunciaron sobre el funeral de Túpac Amaru. Expresaron su total descontento y exigieron sanciones contra las autoridades responsables de permitir dicho acontecimiento.
“por haber autorizado a Diego Cristóbal Topa Amaro, inicuo hombre cargado de crímenes, para recoger los cuartos de Joseph Gabriel, haciendo un entierro solemne con todas las cruces de la parroquia”. (Areche a Gálvez)
"El 26 de agosto se celebraron en dicho Convento de San Francisco las honras más suntuosas por Thupa Amaro, costeadas por su primo hermano Diego. Iluminose la Iglesia con más de dos mil luces, y se hicieron los oficios, casi con tanta magnificencia como si fueran exequias de alguna persona real. Presúmese, prudentemente, que el Guardián del Convento no se hubiera atrevido a practicar por sí tales honras por un sujeto tan infame que, según las leyes lo es hasta la cuarta generación; y, consiguientemente, se cree que haya tenido precepto de Su Ilustrísima el Obispo Moscoso para ello, por ser muy verosímil según los antecedentes apuntados. Pero discurra Vuestra Señoría un poco sobre el desarreglado modo de pensar de este Obispo cuando se le ve empeñado en honrar extremosamente las cenizas de unos hombres escelerados, sacrílegos y perversos y ofender las de un Ministro del Rey tan benemérito como Don Antonio de Arriaga". (Un imparcial religioso: La verdad desnuda o las dos faces de un Obispo (1782). Legajo 1044. AGI, Sevilla)
● La eliminación de las evidencias
Tras la ejecución de Diego Cristóbal Túpac Amaru en 1783, junto con otros miembros de su familia, las lápidas que marcaban el lugar exacto donde reposaban sus cuerpos fueron destruidas por orden de las autoridades españolas.
Aunque se intentó exhumar y eliminar los restos de la cripta del convento para borrar todo rastro de los rebeldes, dicho propósito no pudo llevarse a cabo por temor a provocar la ira de los indios partidarios. Este temor no era infundado, pues, según el testimonio de Clemente Barrientos ante las autoridades, en 1784 estuvo a punto de estallar una revuelta de indios en la misma Ciudad del Cuzco donde se invocó la memoria de Tupac Amaru.
● Los restos de Túpac Amaru en la época contemporánea
En el siglo XXI los indigenistas del Cuzco liderados por Carlos Valcárcel descubren las referencias documentales que señalan que los restos del cacique José Gabriel Túpac Amaru se encontraban en la cripta del Convento de San Francisco. A pesar de que intentan gestionar una búsqueda de sus restos, reciben una negativa de la arquidiócesis y de la misma alcaldía dado que no se contaba con el equipo idóneo para realizar la pesquisa. También hubo solicitudes de historiadores extranjeros especializados en Túpac Amaru para gestionar la búsqueda de sus restos. Los cineastas Federico García Hurtado y Pilar Roca Palacio también exigieron al gobierno regional que se gestione la búsqueda de los restos del cacique y se los deposite en un mausoleo, sin éxito.
Sin embargo, para compensar de alguna manera la memoria histórica del personaje, el gobierno local promulgó la ordenanza N° 23226 que hizo que en la Plaza de Armas de Cuzco “Huacaypata” se colocara una placa conmemorativa y una tumba simbólica en honor al líder rebelde.
Referencias:
.- Ficha de Relación histórica de los sucesos de la rebelión de José Gabriel Tupac-Amaru, en las provincias del Perú, el año de 1780.
.- El Virrey del Perú Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire (1978).
.- Colección documental del gobierno de Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire Huarte (1978).
.- Documentos para la historia de la sublevación de José Gabriel de Tupac-Amaru, The Rockefeller Foundation (1936).
.- Colección documental del Bicentenario de la Revolución emancipadora de Túpac Amaru, Luis Durand Flórez (1980).