Es muy difícil encontrar hierro en estado puro en la Tierra. Como es tan reactivo, casi siempre se mezcla con el oxigeno, lo cual nos impidió a la especie humana conocerlo y poder utilizarlo, hasta que se aprendió a separar por medio de reacciones químicas, inaugurando así la Edad del Hierro.
Aún así, se han encontrado restos arqueológicos de armas de hierro anteriores a la Edad del Hierro fabricadas con restos de meteoritos .
Probablemente, al descubrir esas piedras de una dureza sin parangón en la época y caídas del cielo, debieron pensar que eran un regalo de los dioses.
Podemos imaginar la sorpresa de sus enemigos al ver sus corazas y escudos de bronce rasgarse como la mantequilla ante el poderoso filo de las espadas de origen meteórico. El hierro sería considerado una sustancia mágica y las armas fabricadas con él, auténticos tesoros dignos de faraones y emperadores