Quién podría imaginar, que todo este panorama que forma parte del desierto de Coahuila, México, estuvo sumergido en el fondo marino hace millones de años. Con el movimiento de las placas tectónicas el mar se retiró hacia el Golfo de México y las lagunas que quedaron con el tiempo se secaron, dejando al descubierto está maravilla natural, “las dunas de yeso más espectaculares de América”.
Hace millones de años toda la región de Cuatro Ciénegas, así como extensos territorios del norte de México, estuvo sumergida por el antiguo mar de Tetis .
El color del desierto se debe a una composición geoquímica: sulfato de calcio (hidratado) que rara vez se encuentra en forma de arena, ya que es soluble en agua.
Caminar sobre este desierto, es transportarse a la era prehistórica, pues se han encontrado fósiles marinos, que ayudan a comprender la evolución de esta parte de nuestro planeta.