ÚLTIMA HORA: La toma del Kennedy Center por parte de Donald Trump fracasa de manera humillante cuando una multitud de celebridades talentosas abandona el legendario centro de artes escénicas en protesta.
Trump es radiactivo con la gente a la que más quiere impresionar...
La actriz Issa Rae anunció en Instagram en un breve comunicado que cancelará su evento "An Evening With Issa Rae" programado para el próximo mes. Se reembolsarán las entradas.
"Desafortunadamente, debido a lo que creo que es una infracción de los valores de una institución que ha celebrado fielmente a artistas de todos los orígenes a través de todos los medios, he decidido cancelar mi aparición en este lugar", escribió.
Trump se autoproclamó presidente del centro el miércoles .
La exitosa productora y escritora de televisión Shonda Rhimes (la mujer detrás de programas exitosos como Grey's Anatomy, Bridgerton y Scandal, entre otros) renunció ayer como tesorera de la junta directiva del centro.
Publicó una cita de JFK en su Instagram: "Si el arte debe nutrir las raíces de nuestra cultura, la sociedad debe dejar al artista libre para seguir su visión a donde sea que lo lleve".
La legendaria soprano Renée Fleming renunció como asesora artística del centro y, si bien evitó nombrar a Trump, elogió a David M. Rubenstein, el ex presidente del centro que fue destituido.
El cantante y compositor Ben Folds renunció a su cargo de asesor de la Orquesta Sinfónica Nacional, que supervisa el Centro Kennedy.
"Dados los acontecimientos en el Centro Kennedy, a partir de hoy renuncio como asesora artística de la N.S.O. Sobre todo, extrañaré a los músicos de la orquesta sinfónica de nuestra nación, ¡simplemente los mejores!", escribió Folds en Instagram.
Adam Weiner, del grupo Low Cut Connie, también ha cancelado una actuación en el centro el mes que viene.
"Al enterarme de que esta institución que ha funcionado de manera no partidista durante 54 años ahora está presidida por el propio presidente Trump y su régimen, decidí que no actuaría allí", escribió en las redes sociales, añadiendo que sus amigos y seguidores iban a verse "directamente afectados negativamente por las políticas y los mensajes de esta administración".
Este es el tipo de rechazo que enfurece a Donald Trump más que cualquier otra cosa. Ha querido durante mucho tiempo ser aceptado por las élites culturales de Estados Unidos. En cambio, lo ven como el fracaso cruel, fascista e incompetente que realmente es.
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