Según Vegecio, una marcha regular requería que los legionarios cubrieran unos 109 pasos por minuto, mientras que una marcha rápida requería unos 120 pasos

Vegecio nos cuenta que el entrenamiento romano requería que los soldados marcharan 20 millas romanas (unos 30 km) en 5 horas durante el verano; esta también debe considerarse la distancia media probable que cubrían las legiones para trasladarse del antiguo campamento al nuevo.

Hay que tener en cuenta que el ejército romano en marcha era como una ciudad en movimiento, con decenas de miles de hombres y animales, equipajes y bagajes transportados en carros.

Durante las campañas militares, había más de una legión involucrada y un número tan elevado de soldados podía formar una serpiente muy larga, que podía alcanzar los 20 km de longitud. Cuando la vanguardia comenzó a montar el nuevo campamento, la retaguardia no hacía mucho que había abandonado el antiguo.

Algo absolutamente extraordinario.