En 2018, arqueólogos que trabajaban cerca de Asuán, Egipto, encontraron los restos de una joven que vivió hace unos 3.700 años. Lamentablemente, falleció en las últimas etapas de su embarazo, con el feto en posición invertida dentro de su área pélvica, una postura habitual en embarazos avanzados .
El análisis del esqueleto reveló anomalías en la pelvis, posiblemente derivadas de una fractura mal curada, lo que pudo haber dificultado el parto. Junto a ella se hallaron objetos como una vasija de cerámica, un recipiente rojo y negro característico de la artesanía nubia y cuentas elaboradas con cáscaras de huevo de avestruz. Estos elementos no solo reflejan sus vínculos culturales, sino que también sugieren que pudo haber sido una fabricante de cuentas, lo que indicaría su rol y posición dentro de su comunidad.
Este impactante descubrimiento brinda información sobre los riesgos que enfrentaban las mujeres durante el parto en la antigüedad y resalta los desafíos de la salud materna en ese período. Además, los artefactos nubios encontrados evidencian la riqueza de las interacciones culturales en la región.