Hoy es 14 de febrero. Estoy sola como es más que comprobable .Pero me siento mejor que los dos últimos años cuando no lo estaba. Me siento llena, centrada y entera. Estoy empezando a ser yo, a hacer lo que quiero y a aprender a querer y a saber como me tienen que querer.

El 14 de febrero no debería centrarse tanto en el amor de pareja, el cual debería ser constante y diario, no de un solo día. Sino en el amor propio, porque aún que no lo parezca es el que más cuesta.

A veces no nos queremos o no lo hacemos bien. 

Quererse a uno mismo significa saber como tienen que quererlo. Y en cualquier momento en el que se salga de esos límites irse. 

Quererse a uno mismo es saber cuando parar porque tu cuerpo se rinde y sabes que lo próximo en caer es tu mente.

Quererse a uno mismo es no regalar cada trocito de cariño que tiene a quien no lo merece o se lo rechaza.

Quererse a uno mismo es parar a escucharse y entender lo que necesita para volver a estar completo.

Quererse a uno mismo es tener la paciencia de cuando lo rompen, pegar uno a uno los cachitos que ha recogido del suelo, y no enfadarse por haber dejado que lo rompiesen. Todos tenemos una debilidad y a veces son las personas.

A pesar de estar sola tengo muy claro mi plan. Y es que me voy a invitar a una ducha caliente, una cena, un buen libro y una copa de vino para sobrellevar las continuas muestras de cariño excesivas de la gente que he visto hoy. Soy así de arisca.

Pero sobretodo, voy a dedicarme el tiempo que no dedico y que debería. Voy a abrazarme un ratito para saber que en realidad no estoy sola, que estoy conmigo y eso es más que suficiente.