Tiempo de silencios en la oscuridad
22 Ago, 2018
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El miedo se apodera de mi, quisiera huir, renegar de todos mis pensamientos, ya no quiero mas miedos en mi coco o en mi ser; las sabanas son mi refugio; calor de verano, viento agresivo tan frió como el borde de ese hielo del corazón de mi fiel amiga sin cara, la gran fría soledad. Cicatrices que se presentan ante mi espíritu, donde tengo mas espinas clavadas que pétalos de rosas, y ella en el vació de mi ser, hiriéndome el alma .

Arraigándose los miedos en un rincón de mi alma, ocultos en la oscuridad donde en las sombras crecen... Sin signos ni síntomas; pero cuando llega o aparece la oportunidad salen, atacándome con mucha fuerza, haciéndome sentir pequeña y vulnerable con su esencia ante sus ojos.
Paralizada, ante ella e impotencia brota de los poros de mi piel dejándome perdida como esa brújula envuelta, rodeada de magnetismo y no sabe donde se halla. Aquel lugar, donde no se encuentra nada ni nadie, pero puedo oír las voces, los gritos, las suplicas, el cuerdo y el loco, la pesimista, la heroína, la victima... Todas esas voces; todos son susurros del viento y no se desprenden de mi, miedo que se alimenta de los latidos de la luz; queriendo jugar al escondite al momento, dejándome con el tic tac en mi cabeza, torturando los silencios en los que parece a verme liberado de él.
Todo son porque's y todas las respuestas son no sé. Me hallo en la duda, en un lugar sin fin de hipótesis, teorías, quizás, tal vez, y si...
Y solo se acaba resumiendo en un PUEDE.
Laberinto interminable vuelve a desvanecerse con la apariencia de mi enemigo negro, la oscuridad la cual lo bautice como Caballero Negro. Que vigilando me como un búho para acechar en el momento oportuno. Y no hay peor momento que en el silencio de la noche; no puedo negar que mientras vea la luna y la estrella mas brillante del cielo, estoy mas tranquila, sigue siendo la misma luna de siempre, ella fue testigo aunque a veces prefiere esconderse que presenciarlo; intercalada entre las nubes.
En el refugio del caos, llenándome de nada, mirando el reflejo y el espejo no me deja ver la niña que hace mucho que perdí; atrapada. gritando, pero la voz de mi alma afónica esta, y mientras todo esto en la mente y el tic tac poniendo ritmo al silencio de los gritos.
Sentada con un café con leche en la mano, las nueve de la mañana, niños pasan las calles llenando este hormigón llamado acera llena, repleta de risas,gritos, saltos, prisas, llantos...Pero cuando esa niña me miró, los viejos anhelos regresaron en mi y en sus ojos pude verme, mientras los recuerdas dan vueltas y vueltas, imágenes mareadas que se vuelven turbios con lagrimas saldas que caen de mis ojos deslizándose hasta el cuaderno; él, mi mejor amigos, confidente del aire que respiro, y los susurros escritos que salen del bolígrafo sin parar olvidando que hay mas hojas detrás.
Como el "; punto y coma" ese, que una vez olvidaron y ahora volvió a ser tendencia.
Ya los niños entraron, mas anhelos recorren mi ser, sabiendo el acto reflejo que provoca el cerebro; vuelven las voces, discutiendo en mi cabeza, así que me concentro en la esencia de cada momento memorizada. Queriendo volver al ayer.
Al ser una niña.
Paseando, caminando entre las sombras, con la mirada de reojo, en el rabillo del ojo podía ver el Caballero Oscuro, ese ente que me sigue recordándome todos mis temores, haciendo desvanecer hallándome entre las risas de mis seres queridos, pero al instante empiezo a sentir su presencia, sintiéndome observada e intentando disimular, así que me distraigo con el verde de sus poros, sintiendo que muero al tener que mentir y no sacando humo; entre caladas.
Alzo la mirada, abro los ojos, viendo el lugar conocido pero sintiendo que es un lugar desconocido al mismo compás, con la brisa del aire moviendo, alborotando mi pelo en ese instante donde el silencio se presento y el susurro de las abejas, moscas y mosquitos queriendo mejorar el silencio con el zumbido de sus alas al batear-las, pareciendo tan lentas pero tan rápidas como la contradicción de sentirme tan lejos de mi en mi.. Como lo simple y tan expresiva frase de tan lejos y tan cerca como ENERO Y DICIEMBRE.
Como el paso del tiempo, momentos lentos que parecen interminables y otros evaporados al segundo, no pestañees porque no lo veras pasar.
Y aquí estoy, dándome cuenta que cuando piensas que ya tienes toda tu vida organizada hay momentos en los que te ponte la misma distancia; en la intersección de huir o quedarte para siempre, y, ante mi el Caballero Negro, mirándome de frente sin esconderse pero oculto por una mascara la cual no me deja ver su rostro.
Empiezan a brotar, a caer del cielo de la luna nubosidad de mis pensamientos una tormenta de porque's, hallándome en la cuestión de las preguntas, sin respuesta aparente; convirtiendo los porque's en dudas, en esas hipótesis que se resume con "quizá" o "puede" tan incierto como ese no se al concluir todas mis palabras.
Paranoia mental desenvolupada, por la unión de mis porque's y la esencia del Caballero Oscura; me quedo callada ante su presencia, los gritos del silencio susurran este frió lugar, y el cuentagotas, como reloj, poniéndome intranquila al querer tranquilizarme. Se aceleraran mis respiraciones, hace frió, la manta me protege de la frialdad de la vista de la princesa de hielo también conocida como soledad.
Sigo anclada en la intersección, con el sonido del silencio y un relejo al viento con el tic tac, lento, desinteresando, pasivo; intranquila frente caballero oscuro; las voces surgen dejándome atrapada, mi calma es la suave y delicada brisa que choca con mi piel al contracorriente. Enterrando silencios tan profundamente que probablemente harán ruido toda una vida, hundo mis pies en el agua, es tan fría, me recuerda a la princesa de hielo, fría y transparente a veces a una dirección y aveces contracorriente, pero ahora también me doy cuenta que no solo dependía de que tan vacía me sentía por dentro, porque ella al igual que esa piscina llena de agua parecía tan vacía por dentro y por eso, ella viene a mi, para que no llegue a sentir el vació del interior de su corazón helado.
Intento unir los pedazos de este puzzle pero me hace falta piezas... Me concentro, respiro; me centro en la respiración olvidando todo el caos y todo lo que me rodea, me centro, pero estoy a punto de perder los nervios con el contra gotas del reloj, continua tortura haciéndome sentir mil sensaciones tan contradictorias como el ángel caído del cielo.
JRB
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