Vivimos en un mundo donde el amor se confunde con sacrificio, donde las relaciones se sostienen a costa de la paz mental y donde poner límites se ve como un acto de egoísmo. Pero ¿y si te dijera que lo más egoísta que puedes hacer es NO poner límites?
Porque cada vez que permites que te traten mal, te hablen con desprecio o te hagan sentir menos, no solo le das poder a la otra persona, sino que también te lo quitas a ti.
EL MIEDO QUE TE DETIENE
No pones límites porque tienes miedo .
Te has convencido de que tu felicidad depende de otros, de que si te aferras lo suficiente, la gente cambiará, te valorará, te elegirá. Pero la verdad es que nadie cambia por obligación, solo cuando le conviene. Entonces, ¿qué sentido tiene seguir esperando?
TU VIDA NO DEBE SER UNA NEGOCIACIÓN
Cuando decides poner límites, no estás pidiendo permiso para que te respeten, estás estableciendo los términos en los que quieres vivir. No se trata de obligar a los demás a adaptarse a ti, sino de dejar claro qué cosas no aceptarás en tu vida.
Poner límites no es decir "haz lo que yo quiero". Es decir "haz lo que quieras, pero yo no lo acepto en mi vida".
? No acepto que me griten.? No acepto que me manipulen.? No acepto que me minimicen.? No acepto que me falten al respeto.
Si alguien no puede vivir con eso, entonces no es la persona adecuada para estar en tu vida. Tan simple como eso.
DEJA DE ESPERAR, COMIENZA A ACTUAR
Deja de posponer tu felicidad. Deja de justificar lo injustificable. No te quedes en lugares donde te hacen sentir pequeño. No esperes a que alguien más valore lo que tú mismo no te has atrevido a valorar.
Es hora de invertir en ti. Crece, aprende, refuérzate mental y emocionalmente. Cuando trabajas en tu amor propio, tu autoestima y tu mentalidad, dejas de necesitar y comienzas a elegir.
Y cuando eliges desde la seguridad y no desde el miedo, tu vida cambia por completo.
